sábado, 10 de marzo de 2007

RECLAMO HISTORICO

Boom de la construcción vs Calidad de vida?

Los vecinos reclaman que las megatorres harán colapasar la red de servicios y cambian completamente la fisonomía de los barrios.El boom inmobiliario que viene experimentando la Ciudad de Buenos Aires ha disparado la polémica sobre el control (o no) de la proliferación de nuevos edificios en altura, la consulta de los vecinos en el desarrollo urbano, y si la reactivación económica que genera, debe priorizarse al impacto ambiental que provoca. Según las organizaciones vecinales, la multiplicación indiscriminada de torres en la Ciudad pone la red de servicios al borde del colapso, aumenta la contaminación visual y sonora, así como el caos vehicular en zonas ya muy pobladas, y altera drásticamente la fisonomía tradicional de los barrios. Según los desarrolladores de proyectos inmobiliarios, la construcción es hoy uno de los motores de la economía y un gran generador de empleo. Argumentan que no se puede detener el progreso y que, en todo caso, el gobierno debería mejorar la infraestructura de servicios. Según el gobierno porteño, el actual Código de Planeamiento Urbano permite las obras y hasta que no se sancione uno nuevo, no hay un impedimento legal. Por otro lado, si se frenan las obras con permisos ya otorgados, temen una ola de juicios, al tiempo que reconocen que la construcción funciona como un importante ingreso económico para la Ciudad. ¿Es posible un crecimiento urbano equilibrado que contemple los derechos de todos y no afecte al calidad de vida de los ciudadanos?
El sostenido reclamo de los vecinos de algunos barrios porteños ante la construcción indiscriminada de torres y la posibilidad de que colapse el sistema de servicios públicos y se deteriore su calidad de vida, hizo que el gobierno porteño suspendiera por 90 días el otorgamiento de nuevos permisos y la ampliación de los ya existentes para la construcción de edificios de más de 13 metros de altura en Villa Urquiza, Coghlan, Núñez, Palermo, Villa Pueyrredón y Caballito. El Decreto Nº 1.929 es una medida preventiva y transitoria mientras se discuten las normas que habilitan las construcciones. Fue también una reacción al fallo de la justicia de la semana pasada que le impidió otorgar nuevos permisos para construir edificios en 16 manzanas de Caballito, a partir de un amparo presentado por los vecinos de ese barrio. La resolución judicial, al ser una medida cautelar y no resolver la cuestión de fondo, no paraliza las obras ya comenzadas. Para fallar definitivamente en el caso, la jueza Alejandra Petrella solicitó un estudio de impacto ambiental que evalúe si los nuevos edificios harán colapsar la infraestructura. Éste es justamente el pedido de los vecinos agrupados en SOS Caballito. Esta Asociación, junto a laProto Comuna Caballito, vienen juntando firmas y manifestándose semanalmente desde junio para frenar las construcciones. Ya llevan una docena de marchas y están convocando para el jueves 23 de noviembre a un “RUIDAZO CIUDADANO" de 20 a 20,10 horas, con actos simultáneos en las principales esquinas de la Ciudad, en repudio a la construcción de torres y en reclamo de políticas destinadas a regular este tipo de emprendimientos. Invitan a participar a organizaciones y vecinos de toda la Ciudad y el área metropolitana.

Caballito, es uno de los barrios porteños donde se están construyendo más torres de edificios.El Plan Urbano Ambiental sigue pendiente Durante el tiempo en que los permisos se encuentren suspendidos, debería llegar a la Legislatura el Plan Urbano Ambiental, cuya sanción sigue pendiente desde hace diez años, pese a que figura en la Constitución porteña de 1996. La aprobación del Plan permitiría definir qué tipos de obras se pueden hacer en los distintos barrios de la Ciudad y actualizaría el Código de Planeamiento Urbano, que data de 1977. Ante la suspensión de los permisos de nuevas obras que resolvió el gobierno porteño, los vecinos de SOS Caballito se mostraron cautelosos y lo consideraron “insuficiente” porque no soluciona el problema de fondo y exigen el debate de un nuevo Código de Planeamiento Urbano. Gustavo Desplats, coordinador de Proto Comuna Caballito, por su parte, destacó la importancia de que “una propuesta que surgió de la sociedad civil fuera tomada por el Estado” aunque lamentó que "el decreto no hubiera salido antes ya que esta respuesta demoró 180 días, tiempo en el cual se otorgaron muchísimos permisos de obra". Para Desplats, “el reclamo excede el tema de la capacidad de la red de servicios, ya que se trata de la calidad de vida de los actuales y futuros vecinos”. Asimismo, señaló: “¿Es necesario seguir concentrando gente en el lugar de mayor densidad del país? Caballito, en sólo 7 km cuadrados -el 3% de la superficie porteña-, concentra el 15,4% de la construcción en los primeros ocho meses del año. Por eso pedimos un desarrollo equilibrado de la Ciudad y promover el desarrollo en el sur, donde 14 barrios suman 70 km cuadrados –un 33% del total de la superficie de la Ciudad- y albergan sólo el 3% de todo lo construido”. El fallo judicial de la semana pasada que frena nuevos edificios en Caballito tiene un antecedente en setiembre pasado, cuando el juez porteño Juan Cataldo frenó la construcción de un edificio en El Salvador al 6000, Palermo, porque no respetaba la fisonomía tradicional del barrio de casas bajas, además de poner en riesgo potencialmente la red de servicios públicos. En su fallo, Cataldo también le ordenó al Gobierno porteño que se abstuviera de otorgar nuevos permisos de obra. En tanto, la suspensión de nuevas obras dispuesta por el gobierno generó el rechazo de los constructores, que adelantaron que irán a la Justicia por el freno de las obras. Dicen que viola derechos adquiridos para aquellos que ya compraron lotes. El No a las Torres de los vecinos de Palermo En Palermo Viejo, la zona comprendida entre las Avenidas Juan B. Justo, Córdoba, Dorrego y la calle Paraguay - caracterizada por sus casas bajas y varios edificios que fueron talleres, fábricas y bodegas-, se vio afectada por un conjunto de emprendimientos inmobiliarios de envergadura, pese a que el barrio históricamente sufrió inundaciones y tiene un elevado índice de contaminación sonora de la Ciudad en la intersección de las Avenidas Santa Fe y Juan B. Justo. Los vecinos agrupados en la Asamblea de Palermo Viejo fueron pioneros en empezar a movilizarse, en noviembre de 2004, en rechazo a las futuras torres. Se contactaron con la Red de Abogados Voluntarios de Poder Ciudadano y así fue como uno de sus miembros, Osvaldo Sidoli, los asesoró legalmente para la presentación de un recurso de amparo ante la cantidad de demoliciones en grandes terrenos sin carteles de obra y los mega proyectos inmobiliarios en la zona. Pese a que requirieron los estudios de impacto ambiental que el conjunto de obras supondría y la convocatoria a audiencias públicas –tal como dispone la ley 123 de la Ciudad-, todavía no recibieron una respuesta de las autoridades. Según esa norma, para cada edificación de más de 2.500 metros cuadrados debe hacerse previamente un estudio de impacto ambiental que debe ser presentado en Audiencia Pública. Por eso los vecinos reclaman la realización de este tipo de estudios y que se les dé participación en la discusión sobre la planificación urbana.

No hay comentarios.: