BOMBA DE TIEMPO EN LA COSTANERA SUR
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Denuncian que el megaproyecto en la ex Ciudad Deportiva de Boca es “una bomba de tiempo”
La Asociación Civil Por la Reserva remarcó que levantar torres de departamentos, centros comerciales, teatros y cines “tendrá un impacto ambiental negativo en la ciudad”. Afectará la reserva natural, a 400 familias y colapsará el tránsito. El mapa muestra los lugares donde sería emplazado el nuevo proyecto de ciudad.
La Asociación Civil Por la Reserva volvió a denunciar que el megaproyecto que será construido en Costanera Sur tendrán un impacto ambiental negativo en la ciudad y lo calificó como “una bomba de tiempo”.
La presidenta de la asociación de vecinos autoconvocados, Irene Verbitsky, reveló a perfil.com que la construcción de 11 torres de departamentos en ese predio “perjudicará directamente a la Reserva Ecológica por la entrada y salida de camiones, las excavaciones y los movimientos del suelo”.
Verbitsky agregó que “el problema no sólo afectara a las especies naturales que viven en la Costanera Sur, el tránsito en estos momentos está congestionado en los alrededores de la calle Brasil, y no sé qué va a pasar cuando las torres estén terminadas, el tránsito va a colpasar”.
La agrupación de vecinos llegó a radicar una denuncia formal ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires que abrió un expediente administrativo, pero luego de una intensa Audiencia Pública con las firmas constructoras, las quejas quedaron de lado, y las empresas se comprometieron a cambiar el diseño del plan original.
Esta mañana, el grupo argentino IRSA y el estadounidense Related Group of Florida le anunciaron al presidente Néstor Kirchner una millonaria inversión para desarrollar un megaproyecto inmobiliario en los terrenos donde funcionaba años atrás la Ciudad Deportiva de Boca.
El emprendimiento estará compuesto por varias torres de departamentos, centros comerciales, teatros, cines, una marina para embarcaciones y espacios verdes (ver Foto2).
En la Asociación Civil Por la Reserva criticaron duramente el proyecto que prevé inversiones por 500 millones de dólares y reclamaron un nuevo informe sobre impacto ambiental.
“ IRSA no tiene derecho a utilizar el canal que lo separa de la Reserva Ecológica, es un espacio protegido, no puede construir embarcaderos, puertos ni playas en la costa de sus terrenos”, argumentó la titular de la ONG y agregó que en estas condiciones “el responsable será el Gobierno de la Ciudad porque le debería pedir a IRSA que presente un nuevo informe que demuestre que no va a haber impacto ambiental”.
Contaminación. Los asiduos concurrentes a la Costanera Sur advirtieron además que la construcción de las torres de más de 15 pisos de altura incrementará el nivel de contaminación visual que ya afecta a la zona de Puerto Madero.
Sin resignarse en la lucha por frenar el inicio de las obras y la devolución de los terrenos al Estado, pronostican que vivir en ese nuevo barrio de 70 hectáreas será un calvario por los gases tóxicos y ruidos insoportables que emanan del Polo Petroquímico Dock Sud
“Las palabras del gerente general de la planta Central Costanera en la Audiencia Pública fueron bien claritas”, dijo Verbistky y agregó “ en esa oportunidad le preguntó a todos los presentes si alguien compraría una departamento de 600 mil dólares que tenga un caño de escape en el dormitorio principal”.
Pero otro inconveniente que no se relaciona con gases tóxicos ni ruidos molestos. Del otro lado del canal -la continuación virtual de Humberto Primo- viven más de 400 familias que están siendo desalojadas por el gobierno porteño y que no están dispuestas a aceptar la construcción del megaproyecto porque temen que los perjudique.
Todavía quedan dos sectores de los cuatro que formaban el barrio Rodrigo Bueno, y según Verbistky “los vecinos ya están en plan de lucha para resistir la mudanza, el último intento de desalojo fue en enero pero no lograron moverles ni un pelo”.
Números. El predio de más de 350 hectáreas que fue declarado Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica el 5 de junio de 1986 -Día Mundial del Medio Ambiente- hoy tiene un presupuesto anual de alrededor de $ 2.600.000 que es controlado por el director del área, el ingeniero Gerardo Norberto Fernández, quien no respondió a los llamados de perfil.com.
Según estimaciones del aérea de coordinación de la Reserva cada año pasan por sus senderos casi 1 millón de ciudadanos y turistas que disfrutan de este paraíso natural a metros del obelisco. En el predio conviven más de 300 especies de aves, 9 de anfibios, 23 de reptiles, 10 de mamíferos, 50 de mariposas y 245 de flora.
Urbanicidio. Según datos de la Asamblea Permanente por los Espacios Verdes Urbanos creada en 1993 la situación de las áreas verdes, estimada en 1,9 metro cuadrado por cada porteño, es crítica”. En tanto, que el déficit de espacios verdes que enfrenta la Cuidad de Buenos Aires superan las 2.400 hectáreas.
Asimismo, la APEVU denuncia en su declaración de principios “la falta de un plan de desarrollo y la creación de nuevas áreas verdes, la pérdida del uso público de la costa del Río de la Plata y su cuenca tributaria contaminada y enajenada” y un “abandono de las autoridades estatales de la defensa de los espacios públicos”.
“Es alarmante y acelerado deterioro del ambiente urbano y del desprecio de los espacios verdes como patrimonio cultural, lugar de encuentro y de relación de los ciudadanos”, señala la Asamblea.
La Asociación Civil Por la Reserva remarcó que levantar torres de departamentos, centros comerciales, teatros y cines “tendrá un impacto ambiental negativo en la ciudad”. Afectará la reserva natural, a 400 familias y colapsará el tránsito. El mapa muestra los lugares donde sería emplazado el nuevo proyecto de ciudad.
La Asociación Civil Por la Reserva volvió a denunciar que el megaproyecto que será construido en Costanera Sur tendrán un impacto ambiental negativo en la ciudad y lo calificó como “una bomba de tiempo”.
La presidenta de la asociación de vecinos autoconvocados, Irene Verbitsky, reveló a perfil.com que la construcción de 11 torres de departamentos en ese predio “perjudicará directamente a la Reserva Ecológica por la entrada y salida de camiones, las excavaciones y los movimientos del suelo”.
Verbitsky agregó que “el problema no sólo afectara a las especies naturales que viven en la Costanera Sur, el tránsito en estos momentos está congestionado en los alrededores de la calle Brasil, y no sé qué va a pasar cuando las torres estén terminadas, el tránsito va a colpasar”.
La agrupación de vecinos llegó a radicar una denuncia formal ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires que abrió un expediente administrativo, pero luego de una intensa Audiencia Pública con las firmas constructoras, las quejas quedaron de lado, y las empresas se comprometieron a cambiar el diseño del plan original.
Esta mañana, el grupo argentino IRSA y el estadounidense Related Group of Florida le anunciaron al presidente Néstor Kirchner una millonaria inversión para desarrollar un megaproyecto inmobiliario en los terrenos donde funcionaba años atrás la Ciudad Deportiva de Boca.
El emprendimiento estará compuesto por varias torres de departamentos, centros comerciales, teatros, cines, una marina para embarcaciones y espacios verdes (ver Foto2).
En la Asociación Civil Por la Reserva criticaron duramente el proyecto que prevé inversiones por 500 millones de dólares y reclamaron un nuevo informe sobre impacto ambiental.
“ IRSA no tiene derecho a utilizar el canal que lo separa de la Reserva Ecológica, es un espacio protegido, no puede construir embarcaderos, puertos ni playas en la costa de sus terrenos”, argumentó la titular de la ONG y agregó que en estas condiciones “el responsable será el Gobierno de la Ciudad porque le debería pedir a IRSA que presente un nuevo informe que demuestre que no va a haber impacto ambiental”.
Contaminación. Los asiduos concurrentes a la Costanera Sur advirtieron además que la construcción de las torres de más de 15 pisos de altura incrementará el nivel de contaminación visual que ya afecta a la zona de Puerto Madero.
Sin resignarse en la lucha por frenar el inicio de las obras y la devolución de los terrenos al Estado, pronostican que vivir en ese nuevo barrio de 70 hectáreas será un calvario por los gases tóxicos y ruidos insoportables que emanan del Polo Petroquímico Dock Sud
“Las palabras del gerente general de la planta Central Costanera en la Audiencia Pública fueron bien claritas”, dijo Verbistky y agregó “ en esa oportunidad le preguntó a todos los presentes si alguien compraría una departamento de 600 mil dólares que tenga un caño de escape en el dormitorio principal”.
Pero otro inconveniente que no se relaciona con gases tóxicos ni ruidos molestos. Del otro lado del canal -la continuación virtual de Humberto Primo- viven más de 400 familias que están siendo desalojadas por el gobierno porteño y que no están dispuestas a aceptar la construcción del megaproyecto porque temen que los perjudique.
Todavía quedan dos sectores de los cuatro que formaban el barrio Rodrigo Bueno, y según Verbistky “los vecinos ya están en plan de lucha para resistir la mudanza, el último intento de desalojo fue en enero pero no lograron moverles ni un pelo”.
Números. El predio de más de 350 hectáreas que fue declarado Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica el 5 de junio de 1986 -Día Mundial del Medio Ambiente- hoy tiene un presupuesto anual de alrededor de $ 2.600.000 que es controlado por el director del área, el ingeniero Gerardo Norberto Fernández, quien no respondió a los llamados de perfil.com.
Según estimaciones del aérea de coordinación de la Reserva cada año pasan por sus senderos casi 1 millón de ciudadanos y turistas que disfrutan de este paraíso natural a metros del obelisco. En el predio conviven más de 300 especies de aves, 9 de anfibios, 23 de reptiles, 10 de mamíferos, 50 de mariposas y 245 de flora.
Urbanicidio. Según datos de la Asamblea Permanente por los Espacios Verdes Urbanos creada en 1993 la situación de las áreas verdes, estimada en 1,9 metro cuadrado por cada porteño, es crítica”. En tanto, que el déficit de espacios verdes que enfrenta la Cuidad de Buenos Aires superan las 2.400 hectáreas.
Asimismo, la APEVU denuncia en su declaración de principios “la falta de un plan de desarrollo y la creación de nuevas áreas verdes, la pérdida del uso público de la costa del Río de la Plata y su cuenca tributaria contaminada y enajenada” y un “abandono de las autoridades estatales de la defensa de los espacios públicos”.
“Es alarmante y acelerado deterioro del ambiente urbano y del desprecio de los espacios verdes como patrimonio cultural, lugar de encuentro y de relación de los ciudadanos”, señala la Asamblea.
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