domingo, 27 de mayo de 2007

EDITORIAL ANTICONTAMINACION

Diario CLARIN

EDITORIAL
Ser inflexibles con la contaminación
Las sanciones aplicadas a industrias que contaminan el medio ambiente son, además de una inflexible obligación de las autoridades competentes, un incentivo para que los propios empresarios y la población afectada participen activamente en el saneamiento ambiental y el mejoramiento de la calidad de vida. Por eso es alentador que la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable haya tomado cartas en el asunto aplicando sanciones a cinco establecimientos industriales ubicados en la cuenca del Riachuelo. Allí hay radicadas una gran cantidad de pequeñas y medianas industrias que arrojan sus desechos en el curso del río, el más contaminado del país. Allí también viven cerca de cinco millones de personas y más de la mitad de ellas carece de cloacas. Un 35% no tiene agua potable.El año pasado, los trabajos de saneamiento del Riachuelo cobraron nuevo impulso a partir de un dictamen de la Corte Suprema de Justicia en defensa de los derechos afectados de la población. El primer paso para mejorar la situación es el cuidado de los propios métodos de tratamiento de residuos y desechos industriales, principal causa de contaminación. En este caso, fueron sancionados dos frigoríficos de Cañuelas y dos depósitos y una fábrica de envases plásticos de Pompeya. Son sanciones preventivas que muestran una voluntad aunque seguramente no alcancen. Deben servir para acelerar la necesaria reconversión en los procesos de producción, en orden a cumplir con requisitos básicos de cuidado ambiental. Medidas que deben ser complementadas con tareas de limpieza y obras públicas para proveer de cloacas y agua potable a la población.Las clausuras preventivas de cinco establecimientos industriales ubicados sobre el Riachuelo deben servir para acelerar la necesaria reconversión en los procesos de producción y cumplir con requisitos básicos de cuidado ambiental.

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